martes, 8 de junio de 2010

Se cierra el cuadernillo

Lo cierro, sí. Con alegría, sin dramatismo, con ganas de tener ganas de empezar otro. Lo dejo aquí colgado de la blogosfera, como una estrella de papel albal colgada de un falso cielo. Ha sido divertido, reconfortante -otras veces dramático y patético, hay que decirlo- este escribir irregular, y por eso mismo antes de dejarlo abandonado como algo que ya no se quiere prefiero cerrar estas pastas verdes y guardarlas junto a tantas otras libretas inacabadas que amontono con descuidado mimo por el escritorio, las estanterías, la mesilla de noche...
Gracias a mis selectos comentadores, a los lectores silenciosos y a los inesperados seguidores, que, como los amigos, se cuentan con los dedos de una mano. Gracias a un cura, que ha sido el último en sumarse a estas deslavazadas historias.

Gracias a todos. No os pierdo de vista.