Está bien sentirse única, original y diferente, pensar y hacer cosas audaces que algunos no entienden, pero casi siempre lo que nos hace sentir mejor a todos es ser normales y, sobre todo, sentirnos comprendidos y comprender. Yo, que tengo una gata negra con mucho temperamento y uñas bien afiladas, me he sentido así al leer un artículo de Paco en la revista Nuestro Tiempo en el que habla de los “Caballos enteros” de Manu: Zezeré y Golegá.
“Zézere y Golegá pueden ser enganchados al coche de competición, pero hacerlo resulta una ceremonia complicada, atenta, que no está al alcance de cualquiera. Una vez enganchados, se sincronizan como uno, pero no pueden pastar juntos ni con otros caballos, porque se enzarzan muy fácilmente hasta con los ponis. Mi amigo los prefiere porque son mejores y más seguros, aunque dé más trabajo criarlos y dirigirlos. Sobre todo, los prefiere porque le gusta respetar la naturaleza de las cosas, de los animales y de las personas. Castrados serían más dóciles, menos nerviosos, pero él los quiere enteros”.
Casi lo mismo me explicó el veterinario cuando hace ya bastantes años le pregunté qué pasaría si esterilizara a Elsinha. Me dijo que, además de no tener celo, sería más dócil y más cariñosa y que lo único que tendría que controlar a partir de entonces sería su dieta, porque al castrarlos los gatos pierden esa cualidad innata que les permite comer sólo lo que necesitan y que explica por qué hay gatos domésticos obesos. Ni que decir tiene que la idea de arruinarle a mi gata el carácter, la libertad de afectos y su envidiable figura me pareció como cambiarla por un peluche a pilas que ronronease e hiciese miau, así que ahí se quedó el asunto y creo que ni siquiera volvimos por la consulta.
Dejarla ser como es me ha valido en este tiempo unos cuantos bufidos; cientos y cientos de arañazos, no todos malintencionados; una admiración infinita por su agilidad, su gracilidad y su sigilo; unos cuantos cientos de carcajadas por su curiosidad malsana y una gratitud que sólo unos cuantos podrán dimensionar por sus espontáneas y en ocasiones sorprendentes manifestaciones de afecto. A ella ser como es le ha valido los adjetivos de antisocial, arisca, loca y fiera. Hay quien todavía me pregunta, al ver los bajos de mi sofá deshilachados:
-¿Pero no le cortas las uñas?
-Es que es una gata... -sólo atino a responder.
Ya sé que lo que cuento no tiene mucho que ver con lo que quería decir Paco en su artículo y que tampoco tiene una dimensión clásica ni universal que mi gata sea negra, temperamental y entera como Zézere y Golegá lo son, pero ahora que ella ronronea tumbada sobre mi antebrazo derecho mientras escribo con tres dedos de la mano izquierda pienso que si yo fuese una gata me gustaría que me diesen la oportunidad de ser como ella es, que me dejasen ser como soy, y que prefiriesen mi caricia y mi bufido felinos a la zalamería de un peluche adulterado.
Nota: La imagen fue tomada el día que decidió abrir un ventanuco en el estor, que, por otra parte, ya estaba bastante consumido por el sol.
3 comentarios:
lo intento desde otro ordenador. no se si podré. si finalmente es posible, te mando un saludo y una renovada invitación para conocer a Golegá Zézere, Gringo. Galopín, la Cinta (que es la yegua alfa) con su hija Evoríta das Salgueiras (una princesita palomina rubia platino) y tambien Bufardo y Farelo los troncos de los pretos enteros que son los guias y por supuesto el Platero que se esfuerza mucho con la hipoterápia y sin olvidarme de la Paquíta y la Coímbra que comparte abuelo con el mejor caballo del mundo. y no querría olvidarme de Zipi y Zape, algarrobo y rubito (este último el sustituto del currito que se murió de una picadura de una víbora) entre estos últimos componen una cuarta de miniaturas y ahora están pisando fuerte el carrizo y el petiso un tronquito de farabellas que son mas pequeñitos que los mastines. estos últimos han tenido familia que se suman al Morante, Sútil, la trini, el urco, chuco, sila ...
gracias en cualquier caso por tus amables comentarios.
en fin que ya ves como nos gustan los bichos. y tambien los gatos. siempre fuí de gatos, pero ya te contaré. me parece que es el enésimo post que intento mandar. algún día será.
Lo has conseguido!!!
Estaba deseando oír eso de "renovada invitación" porque ahora sí te tomo la palabra y no te la suelto. Tenemos que quedar para eso. Muchas gracias por la visita y por el esfuerzo.
Un bico,
Que alegría. Ya puedo. No estoy incapacitado para meterme en tu blog.
Esto es curiosísimo, el que he podido, lo teclee en un aparatito minúsculo que casi no me permitía leer lo que te mandaba. En realidad era casi un desesperado experimento. Pero bueno, como resulta que te gustan los animales (a mi me sirven para entender mejor a las personas y a mi mismo, dado que en un noventa por ciento somos bichos). Además siempre creo que el camino para mejorar es reconocer que estamos mal. Lo primero que aprende un alcohólico que intenta rehabilitarse, -según me han dicho- es a presentarse como alcohólico. A mi me dan un poco de aprensión aquellos que se me presentan como ecologistas. Y cuando les pregunto Cómo pueden ser tan valientes, pues yo quiero serlo, pero no paro de contaminar. Me dicen que es porque tienen un perrito y le gustan los delfines.
Otro tanto me pasa con los tíos que se declaran feministas. Yo me digo ¿Qué peligro? Si eres tío, eres machista. Reconócelo y después empezamos a cambiar.
Bueno, creo que ya sabes cual es mi teléfono. Sino me mandas tu correo y te lo mando o bien se lo preguntas a Paco. Estamos siempre cuidando a los animales. No nos molesta la gente, al revés los que hemos vivido siempre en el campo, agradecemos que la molestia de venir a visitarnos. Luís Pousa ya ha estado varias veces y Rosalía lo pasa muy bien con Zipi y Zape. Tengo que mandaros unas fotos de los cachorros de mastín. Uno de ellos parece un pequeño oso polar. De hecho creo que le queda “oso amoroso”. Es un poquillo hortera, sobre todo porque también demuestra carácter como su padre que es muy bueno, pero también sabe defender a la manada.
Pues eso, solo tienes que llamar y venir con quien quieras, incluso a comer...
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