martes, 9 de febrero de 2010

Escribir en paz

A veces pienso que debería empezar a escribir de otras cosas: idear escenas divertidas, comentar sucesos curiosos, ahondar en los desasosiegos de la gente de mi generación, hablar de actualidad o enganchar el último chascarrillo y escribir algo ocurrente condenado a gustar. Debería escribir de esas cosas, pienso, y dejarme de cuestiones extrañas y a veces pasadas, como la Biblia, la muerte, el miedo a vivir, el tiempo... Si escribiese de las cosas que le importan a la gente, si seleccionase con tino los hilos con los que entretejo mis textos y siguiese las reglas de oro para tener un buen blog, lograría dos o tres puñados de lectores y consultaría a diario las estadísticas de Google con la certeza de quien se sabe ganador. No tendría que temer ya que la gente, que los amigos a los que nunca he invitado a mi blog, descubriesen que escribo cosas aún más raras que yo.

Si fuese así, una bloguera con chispa, y pensase además a la hora de escribir en mis seguidores y en sus inquietudes, llevaría una libretita con un listado de temas atractivos sacados de lo que fuese oyendo en el súper, en la radio, en la barra del bar, en la tele... Tendría que ver un poco la tele, sí. Si tuviese esa lista de la que echar mano (y el ingenio que no ha querido darme Dios) sería todo más sencillo y nunca hablaría ya de la Biblia ni de mis miedos, no contaría en adelante episodios sombríos, como la muerte de mi tío, y pondría buen cuidado en no dejar que mis pensamientos transitasen por zonas oscuras en las que a veces ni siquiera me atrevo a entrar yo. Por supuesto, nunca escribiría sobre escribir.

Cuando tuviese todo eso, cuando el mío fuese un blog de éxito modesto y mi imagen fuese tanto más atractiva y moderna cuanto más alejada de la realidad, buscaría otra esquinita en la blogosfera, un punto discreto donde esconderme, y abriría otro cuadernillo para empezar a contar de nuevo quién soy yo.


4 comentarios:

pau dijo...

Así, sin perderse. No dejes de contar quién eres tú. Beijinhos.
Por cierto, si tuvieses ese blog, probablemente acabaría por no volver.

María B. dijo...

Donde esté un lector de calidad... pero tengo que hacer ejercicios para que no se me anquilosen los dedos.
Beijos

Anónimo dijo...

Dicen que hay gente que disfruta mas contando el viaje que viajando. Al parecer también hay gente que antes de actuar piensan en lo que otros pensarán de sus acciones. No se dan cuenta de que al hacerlo así, acaban rebajándolas a reacciones.

María B. dijo...

Es muy cierto eso de que hay que actuar con voluntad firme e independiente en lugar de vivir en función de lo que pensarán los otros... Y eso es reaccionar nada más, sí.