domingo, 31 de agosto de 2008

Vocal-Consonante-Vocal

Vomitan en los portales, se pelean como gallos suicidas, berrean en las aceras cuando los echan de los pubs, cantan hasta la exasperación (del que los oye, claro) cuando están borrachos y la ciudad es puro silencio y, a pesar de estos indicios inequívocos de barbarismo, parece que han ido a la escuela. A los que se encontraron con la valla de la foto, en el cruce de la calle del Sol con la del todavía honrado Juan Canalejo, le debieron de empezar a bailar las letras como en el concurso de vocal-consonante-consonante-vocal y con indudable acierto llamaron a la calle por su nombre. Después -seguro que tras un buen rato de darle al majín y al vaso de plástico- se concedieron la licencia poética de añadir una nueva y aliterada palabra al diccionario, la tórrida ortobrasa, que no es otra cosa que ese incandescente resplandor en el horizonte que se produce cuando sale el sol -en el orto, vamos- y que quizá a los trovadores que inventaron el término les marque el momento de la retirada. A ellos la valla les inspira casi a un verso; a otros, el mucho más ramplón Calle cortada por obras.

No hay comentarios: