lunes, 9 de marzo de 2009

Piel de cazón

Yo, que durante años he sido dura como la piel del cazón, me he abandonado hoy a una llorada vergonzante. Para quien no lo sepa, la piel de cazón por antonomasia era la de mi hermano mayor, al que el practicante de mi pueblo le hizo un zurcido cuando era niño justo debajo de la rodilla, donde no hay carne que amortigue, sin anestesia ni nada. Ni un triste trago de güisqui.
Yo antes era así -mucho antes de
hacerme buena-, como piel de cazón, que dicen que cuando seca sirve de lija. Lo era tanto que no solo no lloraba con una película y mucho menos con un libro, sino que secretamente -y en ocasiones sin ningún reparo- abominaba de esa sensiblería. Solo lloraba por mí y por las cosas que pasaban de verdad.
Desde hace unos años, desde que sé que las cosas que pasan de verdad no tiene por qué ser reales, lloro sin discriminar soportes: a veces con libros, otras con películas y, en señaladas ocasiones -puedo señalar certeramente la voz y la pieza- con música (eso no lo voy contando por ahí, que conste).
Ayer me tocó con una película, da igual cuál haya sido -y por eso digo que fue la del viejo feo que escupe y que se ganó a Nico- y me faltaron minutos de créditos para domar el llanto. Confieso aquí -espero que nadie me escuche- que hubiese necesitado no ya llorar, sino liberar un sollozo y hasta dos, que por dignidad irrenunciable me he traído a casa para utilizar en mejor ocasión.
Lloré, sí, y no sé muy bien para qué lo cuento. Nadie cuenta que llora en el cine por ver a un viejo arrugado que escupe. Nadie cuenta que llora. Y ahora ni sé por qué lo hago. Ni por qué he recordado la piel curtida y cosida de mi hermano. Ni tampoco por qué he recordado mi propia piel curtida, que a veces aún me hace tanta falta.

Quizá sólo es por el viejo. Porque el viejo que escupe tiene piel de cazón como yo.

1 comentario:

pau dijo...

Pues ese llanto tuyo corre y se desborda. Y antes de haber acabado ya estoy aquí, casi sin vergüenza, llorando entre tus palabras. No he visto la peli y confieso que ya le tengo miedo. Aún sabiendo que escupe y que escupe y que es feo. Tal vez porque es viejo. Hay tanto dolor en ser viejo...
Gracias.