martes, 17 de marzo de 2009

Tiempo de escribir

Escribir un blog quita tiempo, pero de una forma extraña también lo da. El tiempo -el único tiempo válido, que es el subjetivo- sólo muestra su valor real a toro pasado, cuando se tiene plena conciencia de haberle extraído el jugo, de haber vivido.
Con un blog pasa un poco eso. Escribir un blog significa tener tiempo para pararse, haber podido pensar, haber echado un vistazo -aunque sea de corto alcance- atrás. Cuando los días pasan iguales, cuando transcurren objetivamente y no hay impulso de contar -una conversación en la charcutería, una frase bonita oída en el autobús, un chiste al menos- da miedo volver los ojos a ayer y no ver nada. No tener tiempo para teclear dos o tres frases es entonces una excusa salvadora para el no-vivir (no confundir con el sinvivir, que es un temblor del alma cien por cien vital), una razón poderosa para volver a aplazar... no se sabe muy bien qué.
Escribir un blog -escribir simplemente o sólo vivir- roba minutos, a veces una hora, dos, pero supone también dejar una marca en el nuevo trecho de camino ganado, hincar, como el escalador, otro anclaje que nos ayude a avanzar.

Da igual que al final, si llegamos arriba del todo en nuestro ascenso, el premio no sea más que observar, ya sin fuerzas, el vasto paisaje que hemos dejado atrás.
Y descansar.

4 comentarios:

pau dijo...

Nadie lo explicaría mejor, algo así estaba enredando en estos momentos... y mira tú por dónde...

María B. dijo...

Acabo de sobresaltarme. Estaba aún leyendo en alto y corrigiendo cuando he visto el comentario. Extraña conexión la nuestra...

María B. dijo...

No me perderé una letra de tu enredadera.
Beijos

pau dijo...

Y te sorprenderás, porque justamente pensaba en eso del "impulso de contar" y me he apoyado en tu comentario para buscar el impulso y decidirme. Bla bla bla.
Besos.