sábado, 11 de octubre de 2008

Pingüinos de temporada

Los pingüinos están de suerte. Amancio Ortega se ha fijado en ellos. Con los cuadros escoceses, las blusas de estilo romántico y los pantalones masculinos de cintura alta, los pingüinos son tendencia esta temporada. Lo son, al menos, en una de las marcas del imperio; lo son por unas semanas; con un poco de suerte por unos meses. Pero aunque sea efímero -¿qué sería de Inditex si vendiese cosas duraderas?-, durante ese tiempo no nos hará falta pensar que este planeta se agota, que los niños del futuro no usarán lápices de colores para pintarlo, sino sólo para soñar lo que fue.
Gracias a Amancio Ortega esta temporada podremos comprar conciencia ecológica y habremos cumplido ya con este mundo. Nos bastará con poner el corazón en la cartera y con vestirnos luego nuestra camiseta salvapingüinos, con sus copitos de nieve, el día que el cuerpo nos pida ese estilo ecologista, como otras mañanas nos reclama un look sofisticado o roquero o vintage u hortera ochentero.
Gracias a Inditex los pingüinos tendrán valedoras en todas las esquinas del mundo civilizado, al menos esta temporada.
La próxima sería bonito que se llevase salvar a un niño de África. Ya empiezo a imaginarme la camiseta.

(Actualización: Parece que los pingüinos están en peligro. Lo pone aquí)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Están en peligro los pingüinos?

María B. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
María B. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
María B. dijo...

Parece que sí.

Ana Ballesteros Pena dijo...

La verdad es que tienes mucha razón en lo que comentas, María, sobre lo efímero de Inditex (entre otras cosas por la "gran calidad" de la ropa, por no valorar otros elementos del proceso de producción...), pero sobre todo, sobre el hecho de que somos fácilmente manejables con los mensajes "sencillos y políticamente correctos". Que hay que defender a los pingüinos, pues nos compramos una camiseta, que ahora son las ballenas, pues un pin, que ahora es tal y cual guerra, que las mujeres maltratadas... Pero muchas veces el mensaje, que se supone es "nuestro mensaje" está vacío de contenido, es sencillo, contundente, pero no nos hemos podido parar a pensar (o no hemos querido), en qué es lo que se encuentra detrás, cuál es ese discurso que lo sustenta... En fin, perdón por el rollo de domingo por la tarde... Un bico.

Anónimo dijo...

Somos unas memas, Ana, sí. Porque una cosa es que todo lo que un día fue auténtico, original o arriesgado acabe convertido en un producto de consumo masivo y producción en serie y otra hacer del mensaje, del compromiso, un artículo de compraventa en sí. Y en este momento, por ejemplo, me viene a la cabeza el pañuelo palestino, con enorme carga política durante tantos años -a Zapatero le costó un apurillo cuando en un mitin de no hace mucho tiempo se lo puso al cuello un simpatizante, quizá te acuerdes- y usado ahora como el supercomplemento de la temporada.
En fin, que yo sigo con mi campaña de boicot, ya sabes, aunque con éxito irregular...

pau dijo...

Tenéis toda la razón. No estoy muy elocuente, así que solo me adhiero a vuestras reflexiones. Todo se comercializa, nos roban incluso las palabras, las vacían y rellenan de significados sucedáneos. Eso, que estoy con vosotras. Los pingüinos estarán en peligro, estamos todos, no?